Adrià Casanova – Por el Honor de Nuestros Padres

1518, Golfo de México.

El hombre blanco se ha asentado cerca de la ciudad de Cuetlaxtlan, cerca del mar. Nunca antes se habían adentrado tanto en los dominios aztecas. Cerca de ahí hay cinco poblados, dedicados cada uno a sus quehaceres. No es de extrañar que los jefes de estos, se sientan preocupados ante tal noticia, pues cuentan que el hombre blanco es cruel e avaro.

Los cinco jefes partieron hacia Tenochtitlan, donde el emperador Moctezuma II, les escuchó y recomendó prudencia. A su vuelta, los jefes acordaron que sus propios hijos, se encargarían de entablar relaciones con los desconocidos. Vosotros, sois los hijos de los jefes, y tenéis una importante misión de la que depende la vida de vuestros pueblos.

 

 

albert-estrada-retocatUn buen Máster necesita seguridad en sí mismo, y de eso Adrià tiene de sobra. Esta virtud, junto con un saludable espíritu crítico y las ganas de mejorar que uno demuestra presentándose a experimentos como este son sin duda los principales ingredientes para convertirse, con el tiempo, en un excelentísimo Narrador… porque el que nunca se arriesga nunca mejora.
Con Adrià nos trasladamos a una muy bien documentada américa precolombina (bueno, técnicamente postcolombina, pero creo que ya me entendéis) en la que, como los hijos de los principales jefes tribales, nos enfrentábamos a la inevitable fuerza superior de los conquistadores españoles.

Todos sabemos lo que ocurrió y uno podría pensar que eso hace la historia más previsible, pero en realidad lo que consigue es prepararte para vivir y abrazar la tragedia que te espera, igual que cuando te enfrentas a los primigenios de Lovercraft. Con la única diferencia de que estos monstruos son reales y forman parte de nuestro vergonzoso pasado como pueblo.

La aventura tubo acción, combates, puzles, interacciones entre personajes, debates acalorados entre jugadores, y al narrador no le tembló el pulso al determinar que planes tenían éxito y cuales fracasaban atendiendo a un criterio que considero que fue muy acertado. En algunos casos, y eso también es muy positivo, existían diversos enfoques posibles para enfrentar determinado problema o situación, con consecuencias también distintas según se optara por una u otra alternativa, y eso es lo que mejor transmite la sensación de libertad de acción en una partida de rol.

Aunque las descripciones y las interacciones con los PNJs no fueron particularmente extensas Adrià logró reflejar muy bien el escenario que quería transmitir, con pocas palabras pero bien escogidas. Al final, todos (o casi todos) encontramos la muerte luchando por el honor de nuestros padres, pero fue muy satisfactorio dado que lo hicimos vengando las afrentas sufridas. No todos los narradores tienen el valor de confrontar a los jugadores y ponerles en situaciones imposibles para explicar la historia que desean contar, y esos redaños puntúan, claro que sí.

 

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La temática era interesante por el desconocimiento habitual de las civilizaciones mayas, incas y aztecas. Quizás hubiese sido mejor hacer una introducción de lo que los personajes realmente sabían, pues se mezclaba con el conocimiento de los jugadores que mezclábamos períodos y culturas.

Fue una partida divertida aunque “dungeoniana”, por lo que no hubo dilema moral por lo que la implicación de los jugadores con los personajes fue poca.