Las fuerzas del mal representadas por El Amo, se han atrincherado en los confines más profundos de La Montaña Hueca para realizar un oscuro y definitivo ritual. Mientras un grupo de legendarios y poderosos héroes van de camino para impedirlo.
Decir que Jose Julia se curra la escenografía sería como decir que el Dr. House tiene algunas nociones básicas de primeros auxilios, pero lo mejor es que ahí no acaba su talento. La partida con la que nos obsequió fue un despliegue de medios, dedicación y talento.
Para empezar, se esforzó en desorientarnos y sorprendernos, haciéndonos creer que el módulo versaría de algo completamente distinto, y nos presentó un sandbox cuanto menos original, que supo conducir de modo que se explotara al máximo la participación de los jugadores.
Debo admitir que la fantasía medieval no suele ser mi plato de elección, y en general prefiero el drama al humor y la toma de decisiones tácticas a la narrativa, de modo que la aventura cumplía, a priori, con todos los requisitos para no gustarme. Lograr que funcionase le añade un mérito extra, puesto que la coincidencia o no con lo primero no depende más que de los gustos personales de cada cual, mientras que lograr que la gente disfrute con algo que no está entre sus preferencias demuestra talento como Narrador.
Las interpretaciones de los PNJs fueron dignas de mención. Utilizó atrezo para apoyar la representación, pero en realidad no hubiera hecho ninguna falta, pues con la actuación bastaba. Es un Narrador que domina de forma magistral tanto la técnica vocal como el lenguaje corporal.
El ritmo de la narración, la libertad de acción, las reacciones de los PNJs y las consecuencias de nuestros actos mantuvieron vivo el interés de la historia en todo momento. Supo escalar el conflicto y los retos y permitirnos ser los protagonistas sin caer tampoco en el absurdo de permitir que nos saliéramos siempre con la nuestra… la mayor parte del tiempo, al menos.
Para mí, el mejor momento de la historia fue cuando Igor, mi particular asesino-mascota, completó sus misiones y comenzó a convertirse más en un problema que en una herramienta. Pocos Narradores han conseguido ponerme nervioso girando contra mí de manera tan astuta mis propios excesos.
Si tuviera que ponerle una pega, la única que se me ocurriría es que Jose se pasó de esfuerzo. No hacía falta ni la mitad de la mitad de todo lo que utilizó para conseguir sacarle el máximo jugo a la historia, a veces era la propia exuberancia de la representación la que te sacaba de la inmersión y te devolvía a tu yo real, sorprendido de lo que estabas viendo, pero entiendo que, para él, la preparación y el trabajo con los materiales que luego emplea en el módulo forman parte de la diversión tanto o más que dirigir la propia partida. Sin duda esas horas moldeando el corcho y pintando también se aprovecha para pensar en la localización, los PNJs, las tramas, y todo eso, finalmente, acaba viéndose reflejado en el resultado final.